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Abrazando lo imprevisto: La metodología montessori y la adaptabilidad en la vida

La vida, en su esencia más pura, es un constante flujo de cambios e imprevistos. Planea cualquier cosa, por ejemplo el cumpleaños de tu hijo o hija, define el menú, encarga u hornea la torta, la decoración, las sorpresas, el lugar, la comida y… entre más planees cada detalle, es más probable que sufras al ver que cada cosa no salió exactamente como la planeaste. A todo el mundo le pareció que estaba perfecto, pero para ti, le faltó más crema, la comida no estaba tan crocante, la decoración quedó pequeña en el lugar o… cualquier otra minucia que en realidad, nadie más notó. A veces se hace difícil poder disfrutar la perfección de lo que sucedió, simplemente porque así fue, y se queda uno pensando en el pequeño detalle que no salió como se había planeado.


Torta de cumpleaños

Otros momentos para vivir esta experiencia es la entrada al jardín infantil, el cambio a colegio, un cambio de jardín o que el jardín en el que están estudiando se mude de lugar.


Como padres, para quienes nos ponemos la 10, siendo padres que acompañan a sus hijos, que son educadores, guías y que dan ejemplo, nos enfrentamos al desafío de preparar a nuestros hijos para un mundo en constante evolución y cambios, que cada día son más rápidos y vertiginosos, donde la única certeza es la incertidumbre. 


Y nos hacemos conscientes de este reto, sobre todo, cuando a veces nos enfrentamos a días en los que un cambio en el desayuno de nuestros hijos o hijas, en la ruta para ir al colegio o jardín, o la falta de algún elemento básico de su rutina diaria los lleva a reacciones emocionales desmedidas, y lo que parecía inofensivo desencadena una serie de eventos desafortunados y dramáticos a los que ningún padre se quiere enfrentar.


En este contexto, la metodología Montessori se hace relevante no sólo como un enfoque educativo, sino como una filosofía “de vida” que equipa a los niños y padres con herramientas que les permiten adaptarse y prosperar con más facilidad ante cualquier circunstancia.


Veamos entonces cómo podemos cultivar la capacidad de aceptar y adaptarnos a los cambios imprevistos sin tanto sufrimiento, una habilidad crucial tanto para los niños como para los adultos que los guían.




El Enfoque Montessori y la Adaptabilidad:

La metodología Montessori, desarrollada por la Dra. Maria Montessori, se basa en principios que, aunque concebidos hace más de un siglo, son sorprendentemente relevantes para las demandas del mundo moderno. 


Como entonces podemos ver lo imprevisto en Montessori? Dos de sus principios me parecen protagonistas en este tema y válido resaltarlos, por un lado El respeto del niño como individuo, se refiere a reconocer que cada niño y ser humano tienen un ritmo y estilo de aprendizaje, observar sin juzgar y permitir que se dé el proceso de cada uno, esto fomenta la confianza del adulto que acompaña, la del niño y la capacidad de ambos para  adaptarse a diferentes situaciones.


El aprendizaje autodirigido es otro principio relevante en relación con los cambios, y muy ligado al anterior, se trata de permitir que los niños tomen decisiones sobre su aprendizaje, que tomen la iniciativa y esto les ayuda a resolver los retos que surgen con las acciones que toman, los ayuda a desarrollar habilidades esenciales y a adaptarse a lo imprevisto.


Estos principios fomentan la flexibilidad mental y emocional de varias maneras, por el lado más evidente, ayudan a desarrollar la independencia permitiendo que los pequeños tomen decisiones dentro de unos límites seguros, cosa en la que las guías son expertas! Y uno como papá va aprendiendo, va ganando el super poder de ver el futuro y prever casi todos los posibles resultados. 


De la mano de la independencia, estos principios, cultivan también la resiliencia, pues cuando toman decisiones, se exponen a las consecuencias y diferentes resultados que cada acción conlleva, la prueba y error dentro de un ambiente seguro trae increíbles beneficios. Entender cómo los resultados pueden cambiar dependiendo de diferentes factores y acciones, no siempre bajo nuestro control.


Padres con dos hijos pequeños compartiendo

Así vemos entonces como la capacidad de aceptar los cambios es una habilidad que se puede y debe cultivar desde la infancia y como los principios de la María Montessori siguen efectivamente siendo útiles en la actualidad.


Algunas de las cosas que desde el hogar podemos implementar para ayudar a nuestros hijos en este aprendizaje implementando de manera práctica estos conceptos son las siguientes:


Flexibilizar las rutinas: Las rutinas son una de las herramientas que muchos padres valoramos, nos ayudan a sobrevivir cada día, nos facilitan hacer todo lo que debemos hacer con más facilidad, pero incluir algo de flexibilidad permite que los niños se expongan a pequeños cambios que les permiten experimentar que esto puede pasar en cualquier momento, por ejemplo cambiar el orden de las actividades de la rutina de la mañana o de la noche; que lo acompañe la abuela o la nana en vez de la mamá, o la mamá en vez de la nana para hacer algo particular; cambiar el menú del desayuno o la ruta que toman caminando para llegar al parque son algunas ideas que pueden funcionar para implementar esta flexibilidad.


La resolución de conflictos: La filosofía Montessori, invita y anima a los niños a resolver sus propios conflictos, a desarrollar habilidades de negociación y adaptación social, la inclusión de edades mixtas les permite interactuar con niños de diferentes edades y los expone a la realidad de la vida. También se promueve la idea de ver los resultados inesperados como oportunidades de aprendizaje y se fomenta la libertad de elegir dentro de un marco estructurado. Invitar a los más pequeños a la negociación, a pesar de que a veces no lo acepten es una gran oportunidad de exponerlos a la aceptación de resultados diferentes a los deseados.


Varias otras metodologías y filosofías ofrecen también perspectivas valiosas sobre cómo desarrollar esta habilidad. Practicar la atención plena y cultivar el sentido de gratitud ayuda a todos los seres humanos, sin importar la edad, a encontrar aspectos positivos incluso frente a decisiones difíciles e inesperadas. 

Enseñar a los niños a observar sus pensamientos y a identificar y actuar de acuerdo con sus valores, son dos herramientas valiosísimas.

Reflexionar sobre las experiencias vividas y observar los cambios en los ciclos naturales son herramientas que ayudan a comprender los cambios como parte natural de la vida!

Lo que tenemos en común los padres es querer cuidar a nuestros hijos e hijas para que no sufran, muchos de nosotros ya nos hemos dado cuenta de que es imposible. Sin embargo, sí les podemos dar herramientas para sortear los retos que sabemos que van a enfrentar en la vida tarde o temprano.


De manera que de cierre, comparto algunas estrategias prácticas para ofrecer un poco de entrenamiento para este desafío.


  • Juegos de roles: Utilizar el juego dramático para explorar diferentes escenarios, exponiendo opciones diferentes a las que se imaginan y así practicar la adaptabilidad.

  • Cuentos y narrativas: Usar historias que traten sobre el cambio y la adaptación para discutir estos temas de manera accesible.

  • Rutinas flexibles: Introducir pequeños cambios en las rutinas diarias para que los niños practiquen la adaptabilidad en un entorno seguro.

  • Diálogo abierto: Fomentar conversaciones sobre sentimientos y experiencias relacionadas con el cambio y la incertidumbre.

  • Ejemplo: Demostrar aceptación y adaptabilidad en la vida diaria, compartiendo experiencias propias.

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